Apostar por Europa

Si existe una opinión generalizada entre las gestores de fondos, cuando se les sondea sobre cuáles son sus expectativas respecto a los mercados, es la de preferir la renta variable europea frente a la norteamericana.

Javier Bañares, 02/10/2002
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Entre las razones que avanzan para sostener esta opinión destacan las malas expectativas que pesan sobre el dólar estadounidense. El billete verde ha perdido más de un 10% desde principio de año y muchos factores apuntan a que esta tendencia pueda prolongarse en el futuro. A juicio de la mayoría de gestores, el dólar se encuentra claramente sobrevalorado respecto a la moneda común europea y, en cierta medida, ha perdido parte de su condición de valor refugio a tenor de los problemas estructurales que sufre la economía. En cuanto a las bolsas, estos mimos gestores reconocen que las valoraciones de las bolsas norteamericanas están bastante más ajustadas que las de las europeas. Europa, en efecto, no ha sufrido tanto los excesos que se cometieron durante la burbuja tecnológica, y sus compañía

s tampoco sufren los problemas contables de muchas de sus homólogas estadounidenses.

Buenos en la subida, malos en la bajada

En el último año de la gran subida, el 99, los fondos que invertían en pequeñas empresas, obtuvieron una rentabilidad tres veces más alta que aquellos que lo hacían en grandes compañías; por el contrario en el período que va desde marzo de 2000 hasta hoy, los primeros han soportado unas caídas anualizadas igual al doble de los segundos. La cuestión parecería muy clara; si usted piensa que la bolsa puede empezar a subir a partir de ahora, tendría más lógica que se apuntara a participar en un fondo de pequeñas compañías. Sin embargo, la gran bajada de los mercados ha hecho que muchos gestores cambiaran su estrategia; hoy la mayoría construye su cartera con combinaciones que poseen tanto empresas de gran capitalización como pequeñas.

Muchos de los fondos clásicos de acciones, cuando se producen descensos continuados en los mercados, deciden no arriesgar más de la cuenta y replicar el índice bursátil de la zona en la que invierten; sus evoluciones son prácticamente exactas a las de los grandes índices de acciones. De hecho se comportan como si fueran fondos índices.

¿Quién ha ganado la batalla en acciones europeas?

Aunque todos los fondos de acciones europeas han soportado rentabilidades negativas y, desde ese punto de vista, nadie ha vencido, aquellos que han dedicado su esfuerzo a una gestión muy dinámica, buscando oportunidades en cualquier parte del continente, sin preocuparse demasiado por seguir un índice determinado, han sufrido muchas menos pérdidas. Son los fondos que muchas veces se titulan como de oportunidades.

Para el mercado de fondos europeos de acciones, está constituyendo una verdadera revolución el hecho de que el gestor del mayor fondo de Europa, y uno de los más rentables, el Fidelity European Growth, Anthony Bolton, abandone la gestión después de más de una década al frente de él. Para este tipo de fondos, la personalidad del gestor cuenta mucho; si bien en este caso el sucesor, Graham Clap, lleva más de 15 años trabajando con Bolton, lo que garantiza una fuerte continuidad en la estrategia.

Cabe esperar que estos fondos sigan manteniendo un marcha mejor que los clásicos, entendiendo por tales a los que siempre optan por el mismo tipo de empresas, y por ajustarse a un índice lo más universal posible. Esto ocurrirá, en situaciones bajistas como las actuales, y en épocas en las que la bolsa mantenga un ritmo lánguido sin grandes subidas y sin grandes bajadas.

La ventaja de los fondos con vocación específica

Obviamente comprar un fondo europeo con una vocación específica, tiene también un gran sentido; es más estable en el largo plazo, y más previsible, en la medida en que depende menos de la personalidad del gestor, y más del mercado en general.

Antes de elegir un fondo europeo, conviene conocer muy bien cuál es la dirección que este pretende, porque dentro del mercado de acciones europeas hay muchas maneras de moverse, y cada vez son más los que deciden hacerlo con un estilo propio.

Artículo publicado originalmente en el Suplemento Economía de ABC del 29 de septiembre de 2002
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