4 errores de inversión a evitar en 2023

Cómo preparar nuestras inversiones para distintos escenarios, aceptando la incertidumbre.

Sara Silano 14/12/2022
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Si en 2022 invertimos capitalizando las lecciones de la historia de los mercados financieros, nos quedamos con un amargo sabor de boca y ahora nos preguntamos qué errores no repetir en 2023.

Eso sí, las lecciones sobre cómo se han comportado las inversiones a lo largo de las décadas son valiosas, pero no siempre funcionan y hay que tener cuidado de no fiarse demasiado de las "medias".

Un ejemplo son las correlaciones entre las distintas clases de activos. "Desde 1973 hasta finales de 2021, la correlación mensual entre las rentabilidades de la renta variable mundial y las de la renta fija estadounidense fue de -0,02 puntos (oscilando entre +1, cuando dos activos se mueven juntos, y - 1, cuando se mueven en dirección opuesta. Un valor de cero indica que no hay correlación)", explica Nicolò Bragazza, analista de inversiones senior de MIM (Morningstar Investment Management).

Basándonos en estos datos, podemos decir que la tenencia de bonos del Tesoro estadounidense ha ofrecido diversificación a lo largo de los años. Pero, por desgracia, en 2022 no fue así. "La correlación móvil a cinco años de acciones y bonos está en su nivel más alto en 20 años", dice Bragazza.

 

La correlación móvil a 5 años entre acciones y bonos alcanza su nivel más alto en 20 años 

Bond correlation

Fuente: Morningstar Direct. Rentabilidad en USD. Para la renta variable: Índice S&P 500 TR; para la renta fija: índice US Treasury TR. Correlación móvil a 5 años desde enero de 1973 hasta septiembre de 2022.

 

"Basarse únicamente en las correlaciones históricas puede ser arriesgado o incluso engañoso", prosigue el analista de MIM, "porque la correlación es una 'media' y no nos dice mucho sobre el comportamiento de las clases de activos durante determinadas fases del mercado".

"En épocas de recesión, la correlación entre acciones y bonos ha sido positiva en 0,09 puntos", continúa Bragazza. "En fases de alta inflación (por encima del 5%) llegó incluso a +0,23".

Podemos sentirnos molestos por estos datos, pero podemos utilizarlos para construir carteras más sólidas de cara al futuro. He aquí cuatro errores que deberíamos evitar en nuestra planificación para 2023.

 

1. Basarse únicamente en correlaciones históricas

Por lo tanto, el primer error que hay que evitar es confiar únicamente en las correlaciones históricas. Además, hay que tener en cuenta que la diversificación no consiste únicamente en saber en qué medida dos clases de activos se mueven en direcciones diferentes.

El analista de Morningstar sugiere buscar "fundamentos diversificadores", no sólo "correlaciones negativas". Las correlaciones entre los sectores industriales fueron todas positivas en 2022, pero el sector energético tuvo rentabilidades positivas a diferencia de los demás. Tenerlo en cartera habría proporcionado una de las mejores diversificaciones en 2022. Lo mismo se aplica al dólar estadounidense: es cierto que los bonos del Tesoro han caído en el último año, pero el dólar estadounidense se ha apreciado mucho debido a las diferencias en las formas y los tiempos de las políticas monetarias entre la Reserva Federal y los demás bancos centrales principales.

 

2. Pensar que más fondos significa más diversificación

El segundo error que debemos evitar en 2023 es pensar que añadir más clases de activos aumentará la diversificación de nuestra cartera. En 2022, no ha habido "lugares donde esconderse" en la renta fija, ya que las caídas han sido generalizadas. Los mercados bursátiles han vivido uno de sus peores años y tener empresas de calidad en cartera tampoco ha ofrecido protección.

"2022 es un ejemplo de año en el que más activos en cartera no habrían ofrecido más diversificación. Las únicas clases de activos que han ofrecido rentabilidades positivas son el sector energético, el dólar estadounidense y algunos mercados "nicho" como la renta variable brasileña", afirma Bragazza.

 

 

3. Utilizar la historia del mercado como única guía

El tercer error es pensar que la historia siempre se repite. "Conocer la historia ayuda a poner las cosas en perspectiva, pero no es suficiente", explica el analista de MIM, que pone el ejemplo del yen. Por lo general, la divisa japonesa ha ofrecido protección en momentos de tensión en los mercados; sin embargo, en 2022 no fue así, porque el repunte de la inflación creó grandes diferencias en las políticas monetarias.

 

4. Intentar predecir el futuro

El cuarto error es intentar predecir el futuro. Los bancos centrales tienen potentes sistemas para hacer predicciones económicas y a menudo se equivocan. ¿Podemos hacerlo mejor? No lo creo. 

"Es mejor emplear el tiempo de forma más productiva en construir su cartera", dice Bragazza. A continuación, encontrará algunos consejos:

 

  • Piense en las inversiones de forma coherente con sus objetivos.
  • Tenga en cuenta la beta (indicador de sensibilidad a las fluctuaciones del mercado): una beta alta significa mayor volatilidad y, por tanto, riesgo.
  • Observe los fundamentos de la inversión. A principios del siglo XX, los índices mundiales se componían principalmente de valores financieros y transporte ferroviario; hoy dominan la tecnología y las telecomunicaciones. Los fundamentales, por tanto, son completamente diferentes.
  • Prepárese para distintos escenarios de mercado y acepte la incertidumbre. Bragazza lo resume en una palabra: solidez. "Es la capacidad de resistir diferentes etapas sin comprometer el rendimiento a largo plazo".

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Sobre el Autor

Sara Silano

Sara Silano  è caporedattore di Morningstar in Italia

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