¿Cómo elegir un fondo de renta fija?

La calidad crediticia, la sensibilidad a los tipos de interés y sobre todo los costes son los factores a tener en cuenta a la hora de elegir un fondo de renta fija

Fernando Luque 07/02/2017
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Los fondos de renta fija presentan un interés especial para aquellos inversores que buscan una inversión poco volátil y susceptible de proteger su capital en caso de turbulencia en algunos mercados más arriesgados, como las bolsas.  

Antes de invertir en un fondo de bonos, conviene sin embargo asegurarse de que el equipo gestor disponga de una experiencia contrastada y de unos recursos suficientes para llevar a cabo la gestión del fondo.

También hay que evaluar las fuentes potenciales de rentabilidad y de riesgo del fondo para saber si puede adaptarse a nuestras expectativas. Por último, los gastos juegan un papel fundamental en la obtención de buenos resultados.

La calidad del análisis

La gestión en renta fija exige unos medios importantes. Gestionar un fondo de deuda pública implica, por ejemplo, tener una visión sobre los fundamentales económicos de los países, sobre la dirección de los tipos de interés y hasta de las divisas. Es un ejercicio notoriamente complejo y que necesita unos conocimientos específicos en materia de estrategia macroeconómico.

Por otra parte, el segmento de la deuda privada incluye un gran número de emisores (el índice Barclays Euro Corporate, por ejemplo, contiene más de 1.000 títulos). Seleccionar obligaciones de empresas implica evaluar atentamente la solidez financiera de las compañías y requiere, por lo tanto, unos equipos de analistas de crédito que estén a la altura tanto a nivel de experiencia como de tamaño.

Las fuentes de rentabilidad y riesgo

Aunque son a priori buenas herramientas para limitar el nivel de riesgo de una cartera, los fondos de renta fija utilizan unas fuentes de rentabilidad variadas que pueden otorgarle unos niveles de riesgo muy distintos los unos de los otros.

También hay que prestar atención al riesgo de crédito, es decir el riesgo de pérdida de capital en caso de incumplimiento de unos o varios emisores incluidos en cartera. Un fondo invertido en obligaciones que tienen una baja calidad crediticia (como, por ejemplo, el high yield que se centran en ratings de crédito por debajo de BBB-) estará más expuesto a este riesgo.

Otra fuente de riesgo es la sensibilidad de los precios de las obligaciones a la evolución de los tipos de interés. Esta sensibilidad se exprime a través del concepto de duración: cuanto más alta la duración, más dependerá la rentabilidad de los cambios en los tipos, tanto al alza como a la baja.

Por último, al elegir un fondo que invierte fuera de la deuda en euros, el inversor se beneficia de un nivel de rentabilidad adicional, pero también se expone al riesgo de cambio.

Los costes

En materia de renta fija, unos costes elevados erosionan gravemente la rentabilidad en la medida en que ésta está limitada por las características defensivas de la clase de activos. Y cuanto más caro sea el fondo, mayor será la probabilidad de que lo haga peor que el resto de competidores.

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Sobre el Autor

Fernando Luque

Fernando Luque  es el Senior Financial Editor de www.morningstar.es

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