En los países desarrollados, la inflación se mantiene en torno a unos niveles considerados aceptables a pesar de las tensiones generadas por los precios de las materias primas, aunque, de momento, este riesgo se co
mpensa por el aumento de productividad ligado al crecimiento económico. Además, los mercados en vía de desarrollo están mucho más atentos a este problema respecto al pasado, como demuestra el hecho de que China haya recientemente tomado medidas para intentar controlar su inflación.
En Europa, el último boletín del Banco Central también estima un crecimiento para el segundo trimestre, en el que Alemania está contribuyendo de forma particular y que de alguna forma ha forzado a la institución dirigida por Jean Claude Trichet a subir los tipos de referencia de la Zona Euro hasta el 4%.
A pesar de los temores, la economía se encuentra en buena forma y los tipos de interés, contrariamente a muchas previsiones, pueden que no empiecen a bajar hasta pasado un cierto tiempo. Pero la sorpresa ha venido por un brusco ajuste del mercado de obligaciones, especialmente en Estados Unidos, provocando una fuerte caída de precios y un fuerte incremento de rentabilidad. Los bonos del Tesoro, por ejemplo, llegaron a tocar el 5,33% y el Bund alemán el 4,7%, sus máximos desde el año 2002.
En un reciente informe Morgan Stanley comentaba que el mundo ya no era plano haciendo referencia al ajuste mprevisto de la curva de tipos de interés que se ha vuelto más positiva tras el aumento del diferencial entre los tipos a largo y a los tipos a corto
Los expertos hablan de un retorno a la normalidad porque es lógico que el que presta dinero a más largo plazo, asumiendo por lo tanto un mayor riesgo, exige una mayor remuneración. Consideran incluso que el cambio es “saludable”. Dicho esto, es bueno recordar que el mercado de renta fija se encuentra en una fase de fuerte incertidumbre, sobre todo en Estados Unidos por factores técnicos que van más allá de cuestiones fundamentales (recuperación técnica, cierre de posiciones largas de inversores que habían apostado a una estabilidad o, incluso, una caída de tipos de interés, etc). Además, no debemos olvidar las ingentes cantidades de dinero que llegan a la renta fija provenientes de los fondos de pensiones y de las compañías de seguro que han tenido una gran importancia en el aplanamiento de la curva de tipos.