¿Es su fondo de gestión activa o pasiva? (I)

Para el partícipe de a pie no siempre es fácil saber si un determinado fondo es de gestión activa o pasiva. Le damos a continuación algunas pistas para descubrirlo.

Fernando Luque 13/06/2002
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Saber si el fondo que uno ha comprado es de gestión pasiva o activa es fundamental a la hora de comparar las rentabilidades que ha conseguido en un determinado periodo de tiempo.

Si por ejemplo, nuestro fondo es de acciones españolas y sigue muy de cerca al índice IBEX 35, es sumamente difícil (por no decir imposible) que éste presente rentabilidades positivas en lo que vamos de año ya que este índice acumula caídas del orden del 12% en ese periodo. Como bien dice el refrán popular no se puede pedir peras al olmo.

El saber si el fondo es de gestión activa o pasiva también tiene su importancia para ver si las comisiones (de gesti

ón y de depósito) que cobra el fondo son acordes con su estilo de inversión. En efecto, muchos fondos que son en realidad de gestión pasiva cobran comisiones equivalentes a los de gestión activa.

Consultar el objetivo de inversión

Aunque muchos inversores no llegan a leerse el objetivo de inversión del fondo en el que han depositado su dinero, éste nos puede dar muchas informaciones sobre el estilo de gestión del fondo.

Tomemos, por ejemplo, el caso del Oyster World Opportunities. Es un fondo de renta variable global pero si uno se lee atentamente su objetivo de inversión (que podrá encontrar en cada una de las fichas Morningstar) verá que (reproduzco a continuación parte de ese objetivo tal como lo ha redactado la propia gestora) “el fondo se gestiona de acuerdo con un enfoque “top-down”, caracterizado por una búsqueda de lugares en los que invertir. De esta manera su ponderación por países se diferencia en gran medida de los índices mundiales”.

Leyendo el objetivo llegamos rápidamente a la conclusión de que el fondo es claramente de gestión activa y más precisamente del tipo top-down. En este tipo de gestión (top-down significa de arriba hacia abajo) el gestor examina en primer lugar variables macroeconómicas generales para luego afinar su análisis por países, sectores y terminar por los valores individuales.

En la gestión bottom-up (o de abajo hacia arriba) , también característica de una gestión activa, el gestor se centra esencialmente en la elección de las empresas a incluir en su cartera para luego extender su análisis a los diferentes sectores y finalmente al entorno macroeconómico general.

En algunos casos la distinción entre bottom-up y top-down no es tan clara y algunos gestores pueden utilizar ambas técnicas para gestionar su fondo. Un buen ejemplo lo constituye el HGIF Japanese Opportunities. Según su objetivo de inversión “es un fondo orientado hacia compañías de crecimiento que invierte en acciones japonesas. Las inversiones serán diversificadas y se centrarán en compañías grandes aunque existe flexibilidad para invertir significativamente en compañías más pequeñas. El equipo utiliza un análisis top-down (...) y lo combina con la visión bottom-up de los analistas y gestores de fondos. El equipo estudia el ciclo de negocios y las influencias domésticas y extranjeras en la economía para decidir la estrategia sectorial. Después seleccionan compañías con buena posición en los sectores relevantes con ratings atractivos y potencial de crecimiento.

Aunque la barrera entre análisis top-down y bottom-up no siempre es tan clara lo importante en este caso es poder determinar si la gestión que realiza el fondo es activa o pasiva.

En cuanto a los fondos de gestión pasiva, hay algunos que muestran claramente las cartas con las que juegan. Es el caso, por poner algunos ejemplos, del Santander Índice. Este específica que “su objetivo es replicar al índice IBEX 35” o del Bestinver Europa que “replica el índice Dow Jones Euro Stoxx 50, con el objetivo de aprovechar la revalorización futura de las compañías líderes en la Unión Europea (zona euro)”.

El problema es que, desgraciadamente, en muchas ocasiones, el objetivo de inversión está redactado (voluntariamente o involuntariamente) de tal forma que no aporta gran luz sobre el tipo de gestión que pretende realizar el gestor. Hay algunos fondos que se limitan a incluir frases del tipo “el objetivo del fondo es maximizar el rendimiento a largo plazo” o “es un fondo de renta variable en valores tanto españoles como extranjeros negociados en mercados de países de la OCDE”. De este tipo de objetivos poca información puede sacar el partícipe.

Pero la gestión activa no es propiedad de los fondos de acciones. También hay fondos de renta fija que realizan una gestión activa caso del BBVA Bonos Internacional que, según indica su folleto, “realiza una gestión activa, con distintos vencimientos y divisas, dado el carácter internacional del fondo”.

En conclusión, la lectura del objectivo de inversión es una primera vía para descubrir el estilo de gestión de un fondo pero no es la única como veremos en próximos artículos.

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Sobre el Autor

Fernando Luque

Fernando Luque  es el Senior Financial Editor de www.morningstar.es

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