La semana fue un poco extraña en cuanto a las rentabilidades de los principales mercados bursátiles ya que mientras, por ejemplo, Europa registraba caídas comprendidas entre el 1,1% para el índice alemán (Morningstar Germany), y el 2,2% para el índice español (Morningstar Spain), Estados Unidos conseguía liegras ganancias, del 0,3% en divisa local y del 0,8% en euros.
La explicación a esta disparidad de comportamiento se debe a la última sesión del viernes en Nueva York donde el mercado logró borrar las pérdidas y avanzar un importante 1,2% en dólares tras la publicación de los últimos datos de empleo.
Japón fue el mercadio desarrollado que peor resultado obtuvo a lo largo de la semana. El índice Morningstar Japan retrocedió un 2,6% en yenes y un 2,2% en euros (lo que indica que el yen recuperço algunas posiciones respecto a la divisa europea).
Tampoco consiguieron los mercados emergentes acabar la semana en positivo: el índice Morningstar Emerging Markets cayó un 1,0%.
En euros, las mayores caídas fueron a para a los mercados latinoamericanos: los índices Morningstar Brazil y Morningstar México se dejaron un 5,1% y un 7,0% respectivamente por culpa de sus divisas: el real brasileño perdió un 3,1% frente al euro y el peso mexicano, un 4,8%.
Las pérdidas también hicieron acto de presencia en los mercados de renta fija. En la Eurozona, el índice de deuda pública perdió un 0,6% frente a una caída del 0,4% para el índice de deuda corporativa de calidad y una caída del 0,7% para el índice de high yield.
En lo que respecta a los principales sectores, la semana fue en general negativa, destacando las pérdidas de los sectores de ecología (-5,4% en euros) y de energía (-4,6%). Hubo algunos sectores con ganancias, como el de tecnología y servicios de comunicación, con avances del 2,9% en ambos casos.
Por último, a nivel de materias primas, la semana estuvo marcada por el fuerte descenso del precio del petróleo. El West Texas, por ejemplo, retrocedió un importante 8,8% en dólares. Sin embargo, el gas natural avanzó un 14%. Los metales preciosos siguieron perdiendo posiciones, con el oro retrocediendo un 1,1% en dólares y la plata, un 3,3%.