El momento que estamos viviendo actualmente en los mercados es sin duda interesante desde el punto de vista analítico, pero es, sobre todo, muy complicado para aquellos inversores que quieran generar una renta con su patrimonio. Vivir de las rentas es el sueño de muchos, pero con unos tipos de interés por los suelos (y lo más probable es que se mantengan bajos durante mucho tiempo) ya no basta con invertir en obligaciones con elevado cupón o, incluso, en depósitos de alto interés. El mundo del rentista ha cambiado y mucho, y a este no le queda más remedio que mirar hacia los dividendos que pagan las compañías para poder conseguir ese sueño.
Para ayudar a estos rentistas me he lanzado a crear una cartera ficticia de valores de alta rentabilidad por dividendo con un doble objetivo: conseguir una renta del 3-4% y una revalorización (descontando los dividendos) del 5-6% a largo plazo.