Los inversores tienen menos razones que nunca para mantener un sesgo doméstico en sus carteras. ¿Qué es el sesgo doméstico? Es la tendencia de los inversores a inclinar sus carteras a favor de las acciones nacionales frente a las extranjeras.
Hay buenas explicaciones de por qué esto ha sido así históricamente. Entre ellas: Invertir en el extranjero puede ser costoso; los inversores se sienten más cerca de las empresas que están domiciliadas en sus países de origen. Sin embargo, a medida que el mundo se hace más pequeño, pensamos que algunas de estas explicaciones se han vuelto más endebles con el tiempo.
Hay que recordar que el enfoque de Morningstar respecto a la inversión en acciones se aplica en todo el mundo. Primero, favorecer a las empresas con ventajas competitivas duraderas, o fosos económicos. Estas compañías deberían ser capaces de evitar la competencia y superar sus costes de capital en los años venideros. Luego, comprar estas compañías cuando estén cotizando por debajo de su valor intrínseco.