Cuando uno habla de descarbonizar una cartera de inversión, muchas veces recibe una mirada de incredulidad. ¿No es esa una responsabilidad directa de las empresas que emiten dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera? Sí. Pero los fondos de inversión o los planes de pensiones también tienen una responsabilidad indirecta. El concepto es fácil de entender. Si un fondo de inversión posee el 1% de una empresa que emite x toneladas de dióxido de carbono (CO2), entonces ese fondo de inversión será el responsable del 1% de esas emisiones.
Al mencionar la problemática de las emisiones de C02 y de gases de efecto invernadero se nos viene a la mente los Acuerdos de París en el año 2015 en los que unos 195 países acordaron mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius. Pero para entender todo lo que implica la descarbonización de las carteras de inversión hay que remontarse entre otros acuerdos internacionales al compromiso de Monreal sobre el carbono un año antes, en septiembre de 2014 (en el que los firmantes se comprometieron a medir y publicar anualmente la huella de carbono de sus carteras).
Algunos países han ido más lejos y en Francia, por ejemplo, la Ley de Transición Energética obliga a los gestores con más 500 millones de euros a publicar un informe anual sobre las emisiones de efecto invernadero presentes en sus carteras.