¿Un mundo sin fondos activos? Aburrido y quizá peligroso

Los fondos pasivos con bajas comisiones han atraído billones de dólares. Pero abandonar por completo los fondos activos puede ser perjudicial para la inversión a largo plazo.

Johanna Englundh 01/06/2023
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US dollars

Batir al mercado ya no parece ser el objetivo de muchos inversores. En su lugar, la norma es acumular patrimonio en un fondo que sigue un índice y ofrece exactamente lo que se espera, a cambio de una pequeña comisión. En 2022, los vehículos indexados registraron entradas por valor de 747.000 millones de dólares en todo el mundo, mientras que sus homólogos de gestión activa perdieron 1,27 billones de dólares. Los fondos pasivos consiguieron aumentar su cuota del mercado mundial en un 2,3%, hasta el 38%, según datos de Morningstar Direct.

No se trata en absoluto de una tendencia a corto plazo: la cuota de mercado de los fondos indexados aumentó en torno a un 1% anual entre 2008 y 2013, para coger velocidad y aumentar un 2% anual de 2015 a 2020. Esta tendencia continuó en 2021 y 2022.

La investigación de Morningstar muestra que, en general, los fondos gestionados activamente no han logrado sobrevivir y superar a sus pares pasivos medios, especialmente en horizontes temporales más largos: la tasa media de éxito de los gestores activos de renta variable en Europa durante los 10 años hasta finales de diciembre de 2022 fue del 23%, mientras que la tasa media de éxito de los gestores activos de fondos de renta fija fue del 19%.

Normalmente, las tasas de éxito de los gestores activos son más elevadas en las categorías de renta variable centradas en valores de mediana y pequeña capitalización que en los de gran capitalización. Los fondos activos también tienen mayores probabilidades de éxito en las categorías de renta variable en las que la media de los fondos pasivos está sesgada hacia un sector económico específico o está sobrecargada en términos de nombres individuales.

 

 

Las comisiones también desempeñan un papel clave; los fondos más baratos tuvieron éxito más del doble de veces que los más caros en Estados Unidos - una tasa de éxito del 36% frente al 16% - durante el periodo de 10 años finalizado en diciembre de 2022.

"Esto no sólo refleja ventajas en costes, sino también diferencias en supervivencia, ya que el 67% de los fondos más baratos sobrevivieron, mientras que el 59% de los más caros lo hicieron. Los fondos baratos tienden a mantener la mayor ventaja sobre los fondos caros en segmentos de mercado con comisiones relativamente altas", afirma el último Barómetro Activo/Pasivo de Morningstar.

Los fondos de gestión activa pueden compensar sus comisiones más elevadas con mayores rendimientos. Y algunos lo hacen, algunas veces. Nuestra investigación sugiere que puede ser una apuesta más segura elegir un fondo indexado a largo plazo, ya que tratar de batir al mercado tiende a dar lugar a rendimientos más bajos que simplemente comprarlo. Pero no es cierto que no se pueda ganar con un fondo de gestión activa.

"En todas las clases de activos siempre hay margen para generar alfa, aunque a largo plazo los efectos acumulativos de las bajas comisiones sean un factor muy favorable a la gestión pasiva. El problema es identificar a los gestores activos que pueden hacerlo eficazmente", explica José García-Zárate, director asociado de investigación de estrategias pasivas de Morningstar.

El propósito de esta investigación no es demostrar que las alternativas pasivas son una forma superior de inversión, sino más bien que generar alfa por encima de los rendimientos estándar del mercado es una tarea complicada, añade García-Zárate.

"Ahora bien, se podría argumentar que, en efecto, lo que se puede interpretar es que es mejor invertir de forma pasiva en cualquier circunstancia, pero esa no es la idea".

 

Seré tu espejo

El problema de un mercado compuesto únicamente por fondos gestionados de forma pasiva es que nadie actúa sobre las oportunidades que surgen en el mercado debido a acontecimientos imprevistos. Dado que la idea de un fondo de seguimiento de índices es simplemente elegir un índice y reflejar su comportamiento, el fondo hará cambios en su cartera sólo si el propio índice cambia. Éstos pueden provocar grandes flujos en el mercado, pero sólo cambia el índice.

"Una forma de pensar en esto es imaginar que las decisiones de inversión están cada vez más en piloto automático: cada vez más dinero se verterá en un conjunto de empresas en gran medida independientes de las consideraciones que tradicionalmente han guiado a los inversores, como la oferta, la demanda, el rendimiento de la gestión, el potencial de crecimiento o factores económicos más amplios", escribió James Ledbetter, editor de la revista Inc. e Inc.com, en un artículo en The New Yorker en 2016.

Según Ledbetter, un mercado con más inversores pasivos que activos seguirá empujando el dinero hacia las empresas más grandes, independientemente de que éstas estén obteniendo buenos resultados o no.

Si todos los inversores eligieran un vehículo indexado, el resultado sería un mercado en el que la empresa más valiosa seguiría siendo la número uno y se haría cada vez más grande. Ningún otro parámetro tiene cabida.

"Tales efectos ya existen hoy en día, por supuesto, pero el mercado puede confiar en los inversores activos para contrarrestarlos. Sin embargo, cuantos menos inversores activos haya, más difícil será contrarrestarlos", explica Ledbetter.

 

¿Sabiduría de la masa?

García-Zárate no sólo afirma que un mundo con sólo fondos indexados sería "terriblemente aburrido", sino que también iría en contra de nuestro impulso natural de mejorar la rentabilidad.

"Me atrevería a decir que un mundo de fondos sin gestores activos iría en contra de la naturaleza humana. La sabiduría de las multitudes es una fuerza poderosa, pero eso no debería ser una excusa para negar el deseo individual de hacerlo mejor y de mejorar", afirma.

"Incluso si la mayoría de los individuos que intentan conseguirlo acaban fracasando, hay varios que no lo hacen y eso debe celebrarse y recompensarse adecuadamente. El reto para esas personas de éxito es no caer en la trampa de pensar que son inmunes al fracaso. Mantener el éxito a largo plazo es un trabajo duro y no es un proceso lineal, lo que significa que puede haber periodos de bajo rendimiento a corto plazo".

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Sobre el Autor

Johanna Englundh  es editora para Morningstar en Suecia.

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