El Banco Central Europeo (BCE) ha recortado la cantidad mensual de compras de bonos dos veces ya en el último año, y en la reunión de política económica de marzo de 2018 abandonó la promesa de aumentar las compras si fuera necesario, ya que ya no se ajustaba a las perspectivas económicas más optimistas.
Los bajos tipos de interés se mantendrán hasta después de la expiración del programa de compra de activos, que, salvo prórroga improbable, tendrá lugar en septiembre de 2018. Después de esto, la eliminación del sesgo de relajación tendrá que venir a través de tipos de interés más altos.
Esto tendrá consecuencias para los títulos de renta fija denominados en euros. Los tipos de interés más altos empujan a la baja el precio de los bonos existentes. Por lo general, los movimientos de los precios de los bonos preceden a las decisiones de política, ya que los participantes en el mercado fijan los precios con mucha anticipación.