Es cierto que originalmente, la inversión socialmente responsable estaba relacionada con inversores que intentaban alinear sus inversiones con sus valores, excluyendo a determinadas compañías o sectores de su universo de inversión. Pero hoy en día la inversión sostenible tiene más que ver con la consideración de factores no financieros relevantes en la búsqueda de alfa.
Independientemente de si los factores ESG se alinean con sus ideas de responsabilidad social, hay motivos para creer que las compañías que obtienen una puntuación alta en esas métricas están bien posicionadas. Por ejemplo, la puntuación de controversia que utiliza Sustainalytics toma en cuenta eventos que podrían suponer un coste para la empresa y causar daños a su reputación que tendrían sin duda un impacto negativo en su cotización.
Asimismo, es indiscutible que el mal gobierno corporativo es un factor de riesgo financiero importante. Las empresas que logran altos niveles de gobierno corporativo tienen equipos de gestión que buscan el interés de sus accionistas a largo plazo. Su comité directorio actúa con integridad, es capaz de ejecutar la estrategia de negocio, remunera a sus empleados de forma justa, y publica una información financiera clara y detallada.