Curso sobre invertir en acciones: Lección 4

En esta lección insistimos en la importancia de saber lo que uno está comprando cuando invierte en acciones

Fernando Luque 20/08/2015
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No todo el mundo tiene el mismo concepto de lo que significa invertir en acciones. Antes de avanzar en nuestro curso pensamos que es importante poner las cosas en perspectiva  e indicarle el camino correcto.

Invertir no es lo mismo que hacer trading

La percepción que uno tiene de lo que es invertir en acciones puede que esté influenciada por la imagen de esos traders que están delante de decenas de pantallas en la que desfilan noticias sin parar y colgados de varios teléfonos a la vez.

Olvídese de esta imagen, porque invertir de forma consistente en acciones no tiene nada que ver con el trading, con tener los ordenadores más potentes o aprovecharse de las informaciones en tiempo real. Aunque hay algunos profesionales que se ganan la vida haciendo “day trading” esa no es la mejor forma de invertir en acciones para el inversionista individual.

Además del esfuerzo que supone seguir valores hora tras hora, los day traders tienen tres poderosos factores que juegan en contra de ellos. Primero, las comisiones pueden erosionar rápidamente y dramáticamente las rentabilidades. Segundo, hay otros costes operativos como el diferencial entre el precio de compra y el precio de venta que existe en cada momento. Estos costes suelen representar una parte pequeña del precio, pero pueden sumar cantidades importantes cuando opera con mucha frecuencia. Por último, los traders que realizan muchas operaciones de compra y venta no consiguen la eficiencia a nivel fiscal y suelen pagar más impuestos que pueden afectar a la rentabilidad final.  

De la misma forma que uno puede ser un gran piloto de carreras sin ser un experto en mecánica, uno puede convertirse en un gran inversor sin saber cómo las operaciones se ejecutan en el mercado. El saber cómo sus órdenes fluyen de un ordenador a otro tiene poca importancia.

Solo debe recordar que invertir es cómo jugar una partida de ajedrez donde el pensamiento, la paciencia y la capacidad de mirar hacia el futuro tienen su recompensa. Tomar las decisiones correctas es mucho más importante que operar con rapidez.

Invertir significa poseer companies

Si la mecánica del trading no tiene mucha importancia, ¿entonces qué la tiene? ¿Está la respuesta en los gráficos de las cotizaciones? Lo hemos dicho al principio de este curso, y lo repetimos ahora : cuando compra acciones de una empresa, lo que está en realidad comprando es una parte de esta empresa. Las acciones no son meros trozos de papel que se pueden intercambiar en el mercado.

Por lo tanto, si está comprando una parte de la empresa, lo lógica es que piense como un propietario. Eso significa aprender a leer los estados financieros, entender cómo las compañías ganan dinero en realidad y analizar cuáles son las empresas que tienen las mejores posiciones competitivas. También significa calcular precios apropiados para los negocios en los que quiere invertir.  

En realidad debe compra acciones de la misma manera cualquier otra compra de importancia, es decir después de estudiar con detenimiento y con la intención de mantenerlo el mayor tiempo posible. Hay gente que pasa todo el fin de semana yendo de un sitio a otro para ahorrarse 50 euros en un televisor, pero no dedican el mismo tiempo para comprar acciones que les pueden generar bastante más dinero. Una vez más, invertir es un ejercicio intelectual que puede tener una elevada recompensa.

Está comprando acciones, no el mercado entero

Todos hemos visto por la tele u oído por la radio a analistas hacer previsiones sobre qué  nivel alcanzará la bolsa en el futuro. Una cosa que conviene recordar cuando uno está escuchando estas predicciones y es que invertir en acciones significa comprar acciones individuales, no el mercado en su conjunto. Si uno elige las acciones correctas, puede ganar dinero independientemente de lo que haga el mercado en su conjunto.

Otro motivo para tomar con precaución estas predicciones es que predecir correctamente los movimientos del mercado es prácticamente imposible. Nadie ha conseguido hacerlo de forma acertada y consistente. Hay simplemente demasiadas incógnitas y demasiados factores a tener en cuenta. Si uno se limita a un determinado número de compañías, puede reducir dramáticamente esas incertidumbres.

En la lección anterior dijimos que las acciones son volátiles. ¿Por qué es eso? ¿Es que el valor de un determinado negocio puede variar en un 50% de un año para otro? El hecho es que el mercado suele comportarse de forma extrema en el corto plazo, reaccionando en exceso tanto para lo bueno como para lo malo. Hablaremos de este fenómeno más tarde, pero es importante saberlo cuando uno se inicia en el mundo de las inversiones.

Lo que más importa es la posición competitiva

Los beneficios futuros son los que mueven las cotizaciones a largo plazo por lo que tiene sentido centrarse en cómo una compañía puede generar futuras ganancias. En Morningstar creemos que la posición competitiva o la habilidad de contener a los competidores es el factor más importante que determinará los beneficios futuros. Esto es más importante que las previsiones económicas, más importante que el flujo de noticias a corto plazo que mueve las cotizaciones e, incluso, más importante que la calidad del equipo directivo.

Puede ser útil pensar en el proceso de inversión como si uno estuviera planeando un viaje en barco a través del océano. Uno no puede hacer para controlar el tiempo o las mareas (las actuales condiciones económicas). Uno puede tratar de esperar a que pase el mal tiempo para evitar que el barco se hunda, pero también estará perdiendo tiempo. Y como ya hemos comentado, el tiempo es un recurso muy valioso en la inversión.

El elemento más importante que uno puede controlar es el barco en el que va a embarcar. Piense en la navegabilidad de un buque como el posicionamiento competitivo de una empresa y la potencia del motor su flujo de caja. Algunos barcos tienen gruesos cascos metálicos reforzados, mientras que otros son de madera podrida. Claramente, debería utilizar el barco que tenga las mejores condiciones de navegabilidad (con el mejor posicionamiento competitivo) y el motor más potente (flujo de caja).

Aunque el capitán del barco (la dirección de la empresa) ciertamente importa, la calidad de la nave es más importante. En un barco sólido, mientras que el capitán no cometa errores, no hay mucha diferencia entre un buen y un gran capitán. Pero no hay nada que se pueda hacer si el motor del barco se rompe (mal negocio).

También merece la pena señalar que todos los barcos experimentan olas (volatilidad). Y aunque es cierto que una marea creciente levanta todos los barcos, las olas no tienen nada que ver con la calidad de los barcos en el mar. Todo lo demás permaneciendo igual, un buen barco tendrá más posibilidades de llegar más rápidamente a puerto, y una empresa con el mejor posicionamiento competitivo va a crear el máximo valor para sus accionistas. En próximas lecciones vamos a ver exactamente cómo detectar los mejores barcos.

En conclusión

Es muy fácil para los nuevos inversores en acciones empezar por el camino equivocado al centrarse únicamente en la mecánica de la negociación o en la dirección general del mercado. Olvídese del ruido y céntrese en el estudio de las empresas individuales y su capacidad para crear beneficios futuros. En las próximas lecciones vamos a ver cómo desarrollar las habilidades necesarias para convertirse en un inversor de éxito en acciones.

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Sobre el Autor

Fernando Luque

Fernando Luque  es el Senior Financial Editor de www.morningstar.es

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