Las acciones globales de pequeña capitalización han superado a sus contrapartes de mediana y gran capitalización en un 2,5% anual de media durante la última década. Si bien los rendimientos han sido impresionantes, han ido acompañados de mayores niveles de riesgo, con las small caps registrando una desviación estándar casi un 15% más alta durante el mismo período.
La historia nos enseña que los inversores en pequeñas compañías que están dispuestos a mantener su inversión durante los periodos más difíciles serán recompensados. Si echamos la vista atrás a lo largo de las dos últimas décadas, un período que incluye la crisis de las punto com y la crisis financiera de 2008, podemos ver que las posibilidades de obtener un rendimiento superior aumentaron con el período de mantenimiento de la inversión. Esto sugiere que el potencial de crecimiento de las pequeñas capitalizaciones se materializa mejor en horizontes temporales más largos.
La teoría financiera dicta que añadir small caps a una cartera de renta variable de large caps puede mejorar la rentabilidad gracias a la diversificación. Esto está respaldado por datos históricos que muestran que una cartera combinada de empresas de pequeña y gran capitalización alcanza rentabilidades más altas con un nivel de riesgo más bajo que una cartera compuesta únicamente de grandes valores durante múltiples períodos y entornos económicos.