Una de las grandes críticas que se les hacen a los planes de pensiones es su desfavorable fiscalidad a la hora de retirar el dinero. El partícipe debe, en efecto, tributar por todo el dinero retirado (aportaciones más ganancias) como rendimiento del trabajo. Por el contrario, en un fondo de inversión el inversor sólo pagará impuestos por las eventuales ganancias obtenidas. Si comparamos estos dos vehículos de inversión teniendo considerando únicamente este aspecto de la fiscalidad es evidente que los fondos le ganan la partida a los planes de pensiones. En el gráfico adjunto hemos calculado el patrimonio total después de impuestos que obtendría un partícipe que invirtiera 5.000 euros anuales durante 20 años. El mejor tratamiento fiscal de los fondos a la hora de rescatar el dinero se traduce en nada menos que en 30.000 euros (teniendo en cuenta un tipo impositivo del 30% y una rentabilidad anual del 5% tanto para el fondo de inversión como para el plan).