Se ha escrito mucho sobre que la pensión pública que recibirán la mayoría de los cotizantes españoles en el futuro será inferior a la que se ha podido recibir hasta ahora, debido entre otros factores al aumento de la esperanza de vida. Parece claro que en muchos casos la pensión pública no será suficiente para mantener el nivel de vida previo a la jubilación o, más allá, mantener un nivel de vida digno. Por ello, desde hace años está calando en la sociedad española la importancia de ahorrar e invertir pensando en la jubilación.
Desde Morningstar hemos analizado la situación actual de la industria de fondos de pensiones individuales españoles, y hemos criticado abiertamente algunos de sus aspectos, por ejemplo el problema de la fiscalidad de las prestaciones, la reducción en los límites de aportación introducida por la nueva normativa de 2014, los rendimientos históricos obtenidos o las altas comisiones que cobran.
Este último aspecto de las altas comisiones se intentó afrontar con el cambio normativo de 2014, pero en nuestra opinión el impacto de dichos cambios no fue suficientemente relevante. En las categorías de planes donde está la mayoría del dinero invertido (garantizados, renta fija y monetarios, mixtos conservadores) la reducción ha sido poco significativa al ser el límite máximo del 1,50% en la comisión de gestión demasiado alto. Sí ha sido más relevante en planes de renta variable, pero lo cierto es que la cuota de mercado de los planes de renta variable apenas alcanza el 10% del total. Una solución que planteábamos hace tiempo sería utilizar diferentes límites máximos según el tipo de activo del plan.