¿Encajan las pequeñas compañías en su cartera?

Pueden jugar un papel en una cartera diversificada, pero el camino no será fácil.

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Pensamos que las pequeñas compañías globales pueden desempeñar un papel en una cartera diversificada, pero tenga cuidado, el camino no será fácil.

 

La respuesta frívola bien podría ser “sí, no, tal vez”. Siendo serios, merece la pena indagar más para intentar hacerse una idea sobre lo que un inversor debe pensar sobre las pequeñas compañías globales. Echaremos un vistazo a los tres factores principales que los partidarios de esta clase de activo esgrimen a la hora de discutir sus virtudes: mayor campo de acción para gestión activa, mayor potencial de rentabilidades y beneficios de la diversificación.

Un argumento habitual es que las pequeñas compañías o Small-Caps presentan una oportunidad para que los gestores activos brillen con respecto al índice de referencia. La principal razón es que los small-caps globales son vistos como más ineficientes en comparación con sus hermanos de mayor tamaño. Con los small-caps existe la posibilidad de arbitrar las lagunas de información, debido al hecho de que las compañías pequeñas tienden a ser menos seguidas al no haber un gran número de analistas documentando cada movimiento. Ello se traduce en oportunidad para que inversores hábiles obtengan una ventaja en casos de compañías mal valoradas.

Esta potencial ineficiencia de la que gozan los small-caps lleva al argumento de que los títulos pequeños tienen mayores perspectivas de rentabilidad en el largo plazo que los títulos de grandes compañías. Este fue el caso en 2009 cuando el amplio mercado representado por el índice MSCI World arrojó una rentabilidad del 15,73%, bastante discreta en comparación con el 28,32% del MSCI World Small Index.

La rentabilidad del índice MSCI World Small a 3 y 5 años (0,8% y 6,4% respectivamente) ha superado a la del MSCI World (0,6% y 5,6% respectivamente). También hay que recordar que los small-caps tienden a comportarse peor en tiempos de incertidumbre; los inversores suelen volcarse en activos de calidad, lo que resulta en un alejamiento de los small-caps ya que son vistos como una opción más sensible a las fluctuaciones del mercado y que ofrece menos protección que las grandes compañías. Este fue sin duda el caso en 2007 y continuó hasta 2008 cuando los efectos de la crisis financiera global se sintieron realmente. Como resultado, no es sorprendente que los small-caps sean más volátiles que los grandes nombres.

A tres años, hasta el final de 2009, la desviación típica (una medida de volatilidad) del índice MSCI World Small fue 23% al año en comparación con el 19,1% del MSCI World. El viejo refrán aquí se convierte en real, a mayor nivel potencial de rentabilidad, mayor nivel de riesgo asumido.

Otro beneficio resultante de añadir small-caps globales a una cartera es que expande el  universo invertible del inversor. A nivel sectorial, a finales de de 2009, el MSCI World Small Index tuvo mayor exposición a sectores tales como Materiales, Industria, Bienes de consumo discrecional y  e inmobiliarias. Las diferencias geográficas son menos pronunciadas pero aún así ofrecen a los inversores una mayor diversificación. Invertir en small-caps tambien ofrece la oportunidad de descubrir los ganadores del mañana cuando aún son pequeños y así aprovechar su crecimiento.

Un aspecto sobre el que los inversores han de ser conscientes a la hora de invertir es saber si el fondo permanecerá fiel a su estilo de inversión. Durante la reciente crisis de 2008/09, una táctica favorecida por algunos gestores de carteras consistió en invertir en compañías más grandes con el fin de protegerse contra los vaivenes del mercado. El resultado fue que algunos fondos  de small-caps comenzaron parecer fondos de medianas compañías.

Como conclusión,  pensamos que los small-caps globales tienen un papel que jugar en una cartera diversificada. Deben ser vistos como un complemento para una cartera centrada en grandes compañías. Si bien el tipo de activo es más volátil y conlleva unos riesgos, su capacidad diversificadora, una mayor rentabilidad potencial y las ineficiencias del sector (que abre la puerta a una gestión activa) lo convierte en un segmento interesante como opción de inversión. Pero tenga cuidado: el camino tendrá baches.

 

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Sobre el Autor

Javier Sáenz de Cenzano, CFA

Javier Sáenz de Cenzano, CFA  Director de Análisis de Fondos para Morningstar en España y en Italia

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