EEUU: dólar débil y riesgo de deflación

En mayo, el dólar estadounidense alcanzó su mínimo histórico frente al euro y siguió depreciándose frente al yen japonés, lo que provoca dudas sobre la política de dólar fuerte de Estados Unidos.

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Los recientes comentarios de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, y de John Snow, secretario del Tesoro, dehçjaron a muchos operadores de divisas con la impresión de que Estados Unidos ha abandonado su política de dólar fuerte que data de la época de la administración Clinton.

La semana pasada, el presidente George Bus añadió más confusión al asunto al respaldar un dólar fuerte en la cumbre del G8 que se celebró en Francia.

Un dólar débil debería, en principio ayudar a los exportadores norteamericanos y reducir el actual déficit por cuenta corriente del país. Pero también puede suponer un freno para la recuperación e

conómica a nivel global, sobre todo si las importaciones se encarecen para los consumidores americanos, unos consumidores que tanto han contribuido al crecimiento estadounidense.

Dicho esto, es posible que el dólar siga cayendo respecto a las divisas asiáticas. Aunque el déficit comercial norteamericano se debe sobre todo a los países asiáticos, de momento, no ha habido ningún cambio correspondiente a nivel de divisas – en parte porque las divisas de algunos de estos países siguen ligadas al dólar norteamericano.

Greenspan provocó más preocupación cuando advirtió del riesgo de deflación durante su alocución ante el Comité Económico del Congreso. “Hemos llegado a un punto en el que, a juicio del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal, la probabilidad de una sustancial caída en los niveles de inflación durante los próximos trimestres, aunque remota, es más alta que la de un repunte”.

La Reserva Federal mantuvo los tipos de interés en el 1,25% aunque los mercados especulan sobre una rebaja para este mismo mes de junio.

En cuanto a la tasa de desempleo, esta alcanzó el 6% en mayo, lo que representa un fuerte aumento desde los 5,8% de hace un par de meses y, en todo caso, superior al 5,9% de media trimestral en 2002.



Informes alcistas

Otras noticias económicas fueron, sin embargo, positivas. Las expectativas de crecimiento del Producto Interior Bruto para el primer trimestre de este año fueron revisadas al alza, desde el 1,6% hasta el 1,9%.

El índice de sentimiento del consumidor, elaborado por la Universidad de Michigan, mostró una mejora respecto a abril así como el índice de confianza del consumidor de la Conference Board.

El S&P 500 subió cerca de un 6% a lo largo del mes de mayo y acumula una ganancia de casi el 10% desde principio de año.

El Congreso aprobó una versión descafeinada del plan de recorte fiscal del presidente Bus que costará unos 350.000 millones de dólares en los próximos diez años. El plan que pretende dar un estímulo a la economía norteamericana ha generado mucha controversia.

La semana pasada, el Financial Times desveló que la administración Bus había dado carpetazo a un informe, encargado por el Tesoro, sobre los déficits del gobierno estadounidense. El informe decía, por ejemplo, que para cubrir las necesidades médicas y de jubilación de la generación del “baby boom”, el gobierno debe bien aumentar los impuestos bien reducir sus costes.

Las perspectivas para los mercados norteamericanos son bastante inciertas. Las bolsas repuntaron tras la finalización del conflicto en Irak pero las expectativas sobre la recuperación económica siguen muy confusas al mismo tiempo que los analistas siguen divididos sobre si este rally es una recuperación puntual o el inicio de una tendencia de más largo plazo.

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