Merrill Lynch IIF World Mining

Evy Hambro pretende ofrecer una mina de oportunidades a los inversores a través de su fondo Merrill Lynch IIF World Mining Fund, calificado con cuatro estrellas en el rating Morningstar.

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Evy Hambro y su equipo construyen la cartera del fondo a partir de un amplio abanico de materias primas como el aluminio, el cobre, el oro, el platino o el estaño.

El fondo no invierte directamente en estas materias primas sino que lo hace en acciones expuestas a ellas en diferentes mercados. La estrategia de inversión combina, de forma simultánea, dos tipos de análisis. Hambro y sus colegas analizan tanto el negocio de la empresa como el equipo directivo o la situación financiera. También estudian el impacto del precio de las diferentes materias primas en las previsiones de cada una de las compañías.

Al mismo tiempo, el equipo an

aliza las perspectivas para las principales materias primas en función de la oferta y la demanda. Luego, esta visión se combina con el análisis de las compañías individuales. Por ejemplo, si el gestor es positivo respecto al níquel, estudiará las empresas en las que se puede invertir para beneficiarse de esta tendencia, pero únicamente comprará acciones si las perspectivas para la propia compañía son también positivas.

El fondo, que tiene un patrimonio superior a los 1.400 millones de dólares, ha obtenido unas rentabilidades extraordinarias en los últimos cinco años, tanto en términos absolutos como relativos. Dicho esto, los inversores deberían ser conscientes de la elevada volatilidad del fondo (volatilidad que se debe, en gran medida, a la propia volatilidad del precio de las materias primas) y del hecho de que invierte en un segmento muy especializado del mercado.

La exposición del fondo al oro, que ha llegado a alcanzar en torno a una cuarta parte de la cartera, ha disminuido hasta un 16% en diciembre del año pasado. Esta reducción no se debe a las dudas del equipo gestor en cuanto al precio del metal precioso, que ha superado el nivel de los 400 dólares la onza, sino a que ha decidido realizar beneficios y reinvertir las ganancias en inversiones relacionadas con metales que tienen mejores perspectivas. Las inversiones en oro que mantiene en cartera son aquellas que tienen la mayor beta, es decir, son las más sensibles a las fluctuaciones del precio del oro.

El aumento del consumo de materias primas por parte de China constituye una de las grandes apuestas del fondo. En las últimas décadas, los cálculos no incluían a China cuando se calculaba la demanda. Hoy en día, el gigante asiático es el mayor consumidor de cobre, hierro y acero.

Generalmente, el fondo posee entre 35 y 45 valores en su cartera, aunque, recientemente, con el incremento del patrimonio, esta cifra ha subido hasta unos 60. Esto se debe en parte a las inversiones realizadas en pequeños valores cuyo peso, en conjunto, se mantiene bajo. Hambro espera una fase de consolidación dentro de la industria que le permitirá volver a un rango normal en cuanto al número de títulos presentes dentro de su cartera.

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