El petróleo de Moscú

Svetlana Le Gall-Vorona, gestora de un fondo de acciones rusas de Clariden Bank, del grupo Crédit Suisse, comenta el extraordinario potencial que presentan las compañías petroleras rusas.

Fernando Luque 21/02/2003
Facebook Twitter LinkedIn
¿No depende la economía rusa excesivamente del petróleo?

El PIB (Producto Interior Bruto) de Rusia se sitúa actualmente entre 300.000 y 400.000 millones de dólares. Es probablemente una décima parte de lo fue en la época de la Unión Soviética, pero durante este periodo el 75% del PIB lo aportaba el complejo militar. Con el final de la “guerra fría”, todo el aparato militar se vino abajo. Fue un desastre completo. El único sector que se mantuvo en pie fue el petrolero a pesar de que los precios del crudo estaban bajos por aquel entonces. Fue una verdadera suerte para Rusia disponer de petróleo. De repente, el petróleo se convirtió en algo muy importante para el país, simplemente porque el resto de sectores no funcionaba. Afortunadamente, los precios

del crudo empezaron a subir de manera importante y las exportaciones de petróleo sostuvieron la economía del país.

Pero, ahora, la economía está cambiando poco a poco y muchos sectores están empezando a desarrollarse. La dependencia del petróleo es mucho menor hoy en día.

Evidentemente, el petróleo sigue siendo importante para el país, pero la situación no es comparable con Venezuela. En Venezuela, si el precio del petróleo se desploma la economía entra en bancarrota. Para la economía rusa, el “break even” (nivel a partir del cual el país entra en déficit) se sitúa en 19 dólares el barril mientras que para la mayoría de países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), como Arabia Saudí o Iraq, este nivel está en torno a 22 dólares.

Por otra parte, el sector consumo está convirtiéndose en una parte importante de la economía. Los rusos, cada vez, viven mejor y gastan más. Ya no es tanto el elevado precio del crudo el que soporta el crecimiento sino el gasto, la inversión y la demanda.

La gente habla mucho de las reformas estructurales... pero ¿son estas reformas visibles?

Sí, pero más desde el interior que desde el exterior. Desde fuera, la gente está esperando ver algún tipo de revolución... como privatizaciones. Pero, desde el interior, se están produciendo muchos cambios y en muchos eslabones de la vida económica.

El objetivo del Presidente Putin es que Rusia alcance el nivel económico de los países menos desarrollados de la Unión Europea, como podría ser Portugal. Pero para eso la economía tiene que crecer entre un 8 y un 10% anualmente. Para sostener un crecimiento tan elevado durante diez o quince años, son necesarias reformas y el gobierno es plenamente consciente de ello.

Déjeme darle un ejemplo que muestra cómo el clima empresarial ha cambiado en Rusia. Los impuestos, tanto para empresas como para particulares, han sido reducidos. Ahora las empresas tienen más dinero para gastar o para reinvertir. Pero al mismo tiempo la recaudación fiscal ha mejorado. Hace dos o tres años, era difícil encontrar una empresa que publicase beneficios, simplemente por que no quería pagar impuestos.

También se han simplificado los impuestos para las compañías petroleras. Los impuestos dependen directamente del precio del crudo. Si el precio cae por debajo de los 12,5 dólares el barril, no pagan nada de impuestos.

Estas compañías también quieren ser más rentables e incrementar su producción. Rusia es actualmente el mayor productor de petróleo del mundo, por delante de Arabia Saudí. Produce cerca de 8.000 millones de barriles por día y la demanda procedente de Estados Unidos, Europa y Japón está creciendo ya que estos países quieren diversificar su fuente de petróleo y no depender tanto de Oriente Medio.

El país proporciona, hoy en día, en torno a un 10% de todo el petróleo mundial. Durante la época de la Unión Soviética, ese porcentaje era del 15%, lo que demuestra que existe capacidad para incrementar la producción sin que las compañías gasten dinero en nuevas exploraciones. Por eso pueden ser tremendamente rentables incluso si el precio del crudo sufre caídas. El interés está ahora puesto en proyectos de oleoductos como el que se va a construir entre Siberia y Japón, con una capacidad de 1.000 millones de barriles por día, lo que representa casi la cuarta parte de las importaciones totales japonesas.

La bolsa rusa ha tenido un comportamiento espectacular el año pasado con una subida del 14% en dólares. ¿Se ha debido esto exclusivamente a la aportación del sector petrolero?

El sector petrolero se ha comportado bien porque la gente asocia los altos precios del crudo con los beneficios de las compañías. Pero hay otros sectores en el mercado ruso que han tenido un comportamiento mucho mejor que el petrolero, como, por ejemplo, el de las telecomunicaciones. El problema es que el peso del sector petrolero dentro de la bolsa rusa es muy elevado, en torno al 75% en términos de capitalización bursátil. Por lo tanto, cuando hay otros sectores que lo hacen muy bien, apenas se nota.

¿Cómo explica que a pesar de la subida que ha experimentado el crudo el año pasado, con un aumento de 20 a 30 dólares, el índice del sector energético a nivel mundial haya caído un 8% en dólares?

No es fácil explicarlo. El nerviosismo en los mercados es muy alto y el mercado se rige por sentimiento. Tampoco hay mucha liquidez con lo que aumenta mucho la volatilidad. El sentimiento también ha estado muy influido por el tema de la posible guerra en Irak. La gente pensaba que si los Estados Unidos atacan, eso va a provocar una caída en el precio del petróleo.

¿Qué escenario plantea para el precio del petróleo?

Bueno, los analistas de Wellington que gestionan el Clariden Energy Fund esperan que el precio se mantenga a medio-largo plazo en torno a 24 o 25 dólares el barril. El principal argumento es que el break even de los países de la OPEP ronda precisamente estos niveles.

¿Qué hay del rublo? No hemos vuelto ha oir hablar de él desde la última crisis del 98.

El tipo de cambio está controlado por el Banco Central. La idea que tienen es mantenerlo estable, aunque el año pasado se apreció ligeramente respecto al dólar. Es importante, en todo caso, señalar que existe una nueva normativa para las compañías exportadoras de petróleo. Hace tres años, el 75% de las exportaciones, que se recibían en dólares, debían obligatoriamente convertirse en rublos. El año pasado, este porcentaje se redujo hasta el 50% y, este año, se ha reducido aún más, hasta el 30%.

¿Qué diferencias hay entre invertir en un fondo ruso y hacerlo en un fondo energético tradicional?

Las compañías petroleras rusas son muchos más eficientes en términos de costes. Por ejemplo, Totalfina Elf tiene que invertir 2 dólares por barril para mantener su actual producción. Las compañías rusas no tienen que invertir nada en la búsqueda de nuevos pozos. Ya los tienen. Por eso, son extremadamente rentables.

Las compañías rusas también presentan un elevado crecimiento de su producción (en torno a un 8% anual de media). Esto, añadido al crecimiento de la demanda de petróleo ruso, constituye un colchón en caso de caída del precio del crudo.

Por ultimo, las valoraciones siguen siendo muy atractivas. Por ejemplo, BP acaba de comprar el 50% de una empresa rusa que se llama TNK por unos 7.000 millones de dólares, lo que representa un valor de entre 2 y 3 dólares por barril de reservas. BP, por su parte, está valorada en casi 10 dólares por barril. Lukoil y Yukos cotizan actualmente en 0,9 y 1,8 dólares por barril, lo que indica el extraordinario potencial de revalorización para estas empresas.
Facebook Twitter LinkedIn

Sobre el Autor

Fernando Luque

Fernando Luque  es el Senior Financial Editor de www.morningstar.es

© Copyright 2024 Morningstar, Inc. Reservados todos los derechos.

Términos de uso        Política Privacidad        Cookie Settings        Aviso Legal