El jueves, se espera que el Banco Central Europeo detenga el ciclo de subidas de tipos de interés que ha mantenido en cada reunión desde julio de 2022.
"Se trata de una reunión para debatir el complicado equilibrio de riesgos derivado de la subida de los precios de la energía y el aumento de los rendimientos reales, pero no para tomar medidas políticas", escribieron los analistas de Bank of America en una nota el viernes, haciéndose eco del consenso entre los intermediarios.
El retroceso de la inflación y la debilidad de la coyuntura económica abogan por mantener los tipos sin cambios, ya que el índice de gestores de compras (PMI) de la zona euro publicado el lunes se situó por debajo de las previsiones de los economistas, con la peor lectura desde noviembre de 2020. La sorpresa negativa apunta a una recesión en muchas zonas de la eurozona, incluida Alemania, si el crecimiento sigue siendo negativo hasta el último trimestre del año.
El PMI alemán de octubre, de 45,8 puntos, se situó incluso por debajo de los débiles 46,5 puntos de la zona euro. Una lectura por debajo de 50 indica una contracción de la actividad empresarial.
El rápido desarrollo del conflicto en Oriente Medio es una fuente adicional de incertidumbre que hace improbable cualquier revisión de los tipos, según declaró la semana pasada al Financial Times el anfitrión de la reunión del BCE, el gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras.
Al mismo tiempo, Stournaras señaló que el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP) es un tema de conversación clave, ya que muchos miembros del consejo de gobierno presionan para que se reduzca el balance. La orientación actual del BCE es que continuará reinvirtiendo los activos mantenidos en el marco del PEPP al menos hasta finales del próximo año. Aunque es poco probable que mañana se modifique esa orientación, la presidenta Christine Lagarde se enfrentará a la cuestión de si reducir el exceso de liquidez, en lugar de subir los tipos de interés, podría convertirse en su nueva palanca principal contra la inflación.
Los analistas de Morgan Stanley prevén que la retirada progresiva de las reinversiones del PEPP comience ya en el primer trimestre y concluya antes de finales de 2024. Hay voces que se oponen a un endurecimiento cuantitativo tan acelerado, e Italia advierte de que un final prematuro de las reinversiones del PEPP podría ser desestabilizador. Dada la complejidad del problema, es poco probable que mañana se tome una decisión en firme.
"En caso de que los mercados vuelvan a calmarse en las próximas semanas y meses, seguiríamos viendo la posibilidad de que el BCE acabe adelantando el PEPP-QT unos trimestres", indicó UBS en una nota la semana pasada.