Comisiones y Costes: España

La calificación de las Comisiones y Gastos en España es media, pero la situación ha mejorado respecto al último informe.

Fernando Luque 31/03/2022
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La calificación de España se ve obstaculizada por el uso prominente de comisiones por resultado que son difíciles de entender para los inversores. La mediana de los gastos ponderados por activos domiciliados de los fondos mixtos, de renta variable y de renta fija son del 1,50%, el 1,74% y el 0,43%, respectivamente.

En España, un número cada vez mayor de fondos utiliza comisiones variables (a menudo junto con comisiones de gestión fijas). Suelen ser asimétricas en el sentido de que no hay reducción de la comisión de la comisión en caso de rendimiento inferior y pueden basarse en rendimientos positivos en lugar de estar referenciados a un índice de referencia específico. En la práctica, puede ser especialmente difícil para los inversores estimar con precisión cuánto pagarían si se utilizara una marca de agua. El concepto de Marca de Agua sirve para impedir que un inversor pague dos veces por la misma rentabilidad obtenida, y por tanto establece que la comisión sobre rentabilidad solo puede aplicarse cuando el fondo está por encima de un nivel previamente alcanzado.

En España, los costes no son negociables. Hay cuatro tipos de comisiones: comisiones de gestión, comisiones de depositario las comisiones de depósito, las comisiones de distribución y las comisiones de reembolso. Alrededor del 10% de los fondos domiciliados en España cobran una comisión de suscripción. Son muy comunes en los fondos garantizados y en los fondos de bonos a plazo fijo, pero también pueden encontrarse en los fondos mixtos. Son menos frecuentes en los fondos de renta variable.

Las grandes gestoras de fondos españolas han creado clases de acciones limpias, pero todavía no están disponibles directamente a los inversores minoristas. Estas clases de acciones sólo son accesibles para los inversores profesionales a través de asesores financieros o bancos privados, o a través de carteras gestionadas ofrecidas por dichos bancos.

El volumen de fondos extranjeros vendido en España ha aumentado a un fuerte ritmo en los últimos años, con un patrimonio que ha pasado de 18.000 millones de euros a finales de 2008 a 199.400 millones de euros en diciembre de 2020. El porcentaje de fondos extranjeros vendidos en España era del 39% en 2020, frente al 30% de hace cinco años.

Hay muy pocos fondos cotizados en España, pero los inversores tienen acceso a productos europeos a través de brokers (los ETF estadounidenses no suelen incluir un Documento de Datos Fundamentales para el Inversor en español, que sería necesario para que se vendieran a inversores minoristas en España).

La red de distribución de fondos está dominada en gran medida por los bancos locales, que no tienen ningún incentivo para vender ETFs a los inversores minoristas (prefieren vender sus propios fondos, aunque MiFID II les haya obligado a ampliar su gama de productos a los fondos extranjeros). Sin embargo, la principal razón de la falta de atractivo de los ETF en España es la forma en que se gravan en comparación con los fondos de inversión: Los ETFs son tratados como acciones y no como fondos. Eso significa que mientras los inversores pueden cambiar de un fondo de inversión a otro sin pagar impuestos, la misma acción con los ETF genera una obligación fiscal.

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Sobre el Autor

Fernando Luque

Fernando Luque  es el Senior Financial Editor de www.morningstar.es

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