Hace unos días celebramos de forma virtual los Premios Morningstar a los mejores fondos de inversión, planes de pensiones y gestoras de fondos. Es buen momento para reflexionar sobre si estos premios son realmente útiles para los inversores o si son simples reclamos publicitarios para contentar a las gestoras. Si fuera así haríamos premios para un gran número de categorías para que muchas gestoras salgan bien en la foto. No es así. De hecho, a lo largo de los años hemos ido reduciendo el número de premios para centrarnos en las categorías que constituyen el grueso de las carteras de los inversores españoles: renta variable global, renta variable europea, renta variable española, mixtos y renta fija euro. Nada más.
Os puedo asegurar que desde Morningstar hacemos estos premiso realmente para ayudar a los inversores y que es algo útil para la comunidad inversora. Creo que la forma particular que tenemos de calcular los premios aporta valor añadido a los partícipes. Primero, y es importante insistir en ello, no son premios basados en la rentabilidad del último año, que es lo que se ha venido haciendo en la industria (esta forma de atribuir premios había incluso generado, en algunas ocasiones, una cierta picaresca entre las gestoras para colocar a su fondo en la foto final). Son premios que se han calculado tomando como periodo de análisis los últimos cinco años, pero el fondo premiado ha tenido que batir a la media de su categoría en al menos tres de esos últimos cinco años. Son, por lo tanto, premios a la consistencia, por lo que es posible que puedan repetirse ganadores de años anteriores. Además, algunos ganadores son fondos que no suelen aparecer en las primeras posiciones de los rankings a corto plazo. Este simple hecho ya es algo interesante para los inversores.