Warren Buffett dijo una vez: "El éxito en la inversión no se correlaciona con el coeficiente intelectual una vez que se supera el nivel de 25. Una vez que se tiene una inteligencia ordinaria, lo que se necesita es el temperamento para controlar los impulsos que meten a otras personas en problemas al invertir".
Invertir con éxito requiere, posiblemente, algo aún más raro: la capacidad de identificar y superar los propios sesgos psicológicos. Y esto no se refiere sólo a los grandes (y comunes) errores, como tratar de hacer market timing, perseguir la rentabilidad a corto plazo, no diversificar lo suficiente o asumir demasiado riesgo. También tiene que ver con los pequeños errores que pueden afectar a su cartera.