La tensión que azota a Iraq ha disparado el precio del petróleo, lo que sin duda ha tenido un impacto negativo en las bolsas. Según Russ Koesterich, esta subida temporal no supone una gran amenaza por el momento, pero si los precios de la energía se mantienen altos de forma sostenida, la economía mundial se vería afectada, así como los consumidores estadounidenses.
Este razonamiento apoyaría la idea que viene sosteniendo el experto durante las últimas semanas: desde BlackRock apuestan por sobreponderar la exposición al sector energético frente a otras áreas del mercado como el retailer estadounidense y el consumo discrecional.
La ola de violencia en Iraq, un país que produce más de 3 millones de barriles de petróleo al día, pone en cuestión la producción al norte del país, aunque todavía no parece probable que la producción al sur del país, la mayor parte orientada a la exportación, se vea muy afectada. El experto subraya que lo que está pasando en Iraq es sintomático de una tendencia más generalizada, ya que la producción está disminuyendo también en Libia, Nigeria o Sudán del Sur.