Ante la incertidumbre actual una clase de activo que sigue ofreciendo rendimientos atractivos son las obligaciones financieras subordinadas, ya que proporcionan un nivel de rendimiento más elevado que los demás segmentos, entre un 7 y un 10 %. Esto permite a los inversores beneficiarse de una fuente de valor sustancial. Además se trata de una clase de activos poco correlacionada con la evolución de los tipos de interés, lo que nos parece primordial en un contexto de subida de tipos. Por otro lado, las obligaciones financieras todavía conservan un potencial elevado de estrechamiento de los spreads. El traumatismo ocasionado por la crisis financiera provocó un aumento fuerte de las primas de crédito que siguen sobrepasando sus niveles históricos para las obligaciones financieras.
En estos momentos nos encontramos ante un idóneo entorno reglamentario para esta clase de activo. Con la entrada en vigor de Basilea III (a partir de enero de 2013), los bancos tendrán que aumentar sus fondos propios. Al mismo tiempo, este nuevo marco jurídico incita al reembolso por anticipado (fecha de “call”) de las obligaciones de la generación actual, que no son compatibles con las exigencias de la nueva normativa. Los establecimientos financieros no tienen más remedio que recomprar o intercambiar los títulos de la generación actual antes de los vencimientos previstos. En caso de reembolso, estas obligaciones ofrecen rendimientos atractivos. Se trata pues de una oportunidad de inversión dependiente de un contexto muy específico.
En este caso, como en cualquier otra decisión de inversión, siempre conviene delegar la confianza en gestores que dispongan de un conocimiento consolidado del entorno reglamentario y de los riesgos vinculados a este tipo de activos, lo que les permite seleccionar las emisiones con mejores perspectivas. Asimismo, no hay que olvidar que estos fondos constituyen una auténtica fuente de diversificación y de dinamización que ofrece una exposición al mercado de las obligaciones financieras, y se convierten en idóneos, por tanto, para aquellos inversores que desean exponerse a esta clase de activos sin estar confrontados de forma directa con su complejidad inherente.
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