El dato del Producto Interior Bruto (PIB) japonés que apenas creció un 1,7% en el periodo comprendido entre abril y junio, frente a un 6,6% durante el primer trimestre del año, ha sentado bastante mal al índice de la bolsa de Tokio ya que el dato se situó muy por debajo de las expectativas de los analistas. Si a esto le añadimos la subida del precio del petróleo, tenemos la explicación a la caída del índice Nikkei, un 2,15% en agosto, lo que reduce la ganancia en lo que llevamos de año al 3,78%.
El dato de PIB, inferior a lo esperado por el mercado, se debe a la debilidad del mercado de consumo y a la ralentización en las exportaciones, en particular las dirigidas hacia los otros países del continente asiático. Para este año 2004, las expectativas de crecimiento económico se sitú
an en el 4,2%, aunque algunas firmas de inversión, como HSBC Asset Management, se muestran algo más cuatas, con una previsión del 4%. En los años anteriores, el país no ha sido capaz de crecer basándose en su demanda interna, por lo que depende en gran medida del ciclo del comercio internacional.
En agosto, el índice Nikkei se ha situado varias veces por debajo de la barrera psicológica de los 11.000 puntos, con el sector tecnológico, más sensible a la coyuntura internacional, sufriendo una fuerte volatilidad. En el sector bancario, la noticia que ha dominado los mercados fue el anuncio de fusión entre el UFJ Holdings y el Mitsubishi Tokyo Financial Group, para formar el mayor grupo créditicio del mundo con un patrimonio de cerca de 1,700 billones de dólares.
A juicio de Fumiko Roberts, gestora del fondo Schroder ISF Japanese Equity, no será el crecimiento económico el guiará la rentabilidad en los próximos meses sino el aumento de los beneficios empresariales y la mejora en el gobierno corporativo. “A medio plazo, esperamos un incremento de los beneficios en torno a un 10-15% anual gracias al recorte de costes”, explica la gestora. “Se beneficiarán principalmente las empresas de calidad, con sólidos balances y una fuerte posición en el mercado”.
Roberts está convencida de que los títulos de calidad cotizan a precios atractivos comparados con el resto del mercado. “Por eso”, dice, “a corto plazo, la bolsa japonesa puede comportarse mejor que el resto de bolsas desarrolladas”. Además, la mayor presencia de inversores “activos”, como fondos de pensiones o fondos de invesrión, que representan hoy en día cerca del 60% del mercado, constituye un estímulo para impulsar la reforma de las sociedades y aumentar el interés hacia el inversor.
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