Señales positivas desde Tokio

Los préstamos incobrables y la debilidad del dólar norteamericano constituyen una seria amenaza para los que han invertido en fondos japoneses. Pero el crecimiento económico, la reducción del desempleo y el mayor apoyo a las reformas estructurales también son argumentos sólidos para apostar por el país.

Jonas Lindmark 10/02/2004
Facebook Twitter LinkedIn
En estos últimos dos años la bolsa de Tokio ha mostrado, de forma consecutiva, un mejor comportamiento que el resto del mercado. En enero, el índice MSCI Japan también superó al MSCI World. El año pasado, el crecimiento económico de Japón se situó por encima de las expectativas. El Producto Interior Bruto (PIB) creció, en efecto, un 2,4% en 2003 cuando, en mayo, los analistas esperaban un crecimiento de apenas el 0,7%.

La cuestión ahora es si ese crecimiento puede aumentar o, en otras palabras, si el país ha dejado atrás sus años malos. Después de doce años durante los cuales Japón ha vivido una serie de recesiones sin prácticamente registra crecimiento en su economía, muchos inversores, tanto dentro como fuera del país, siguen mostrándose escépticos. Pero los últimos datos muestr

an , sin embrago, señales positivas.

La tasa de desempleo se redujo hasta el 4,9% en diciembre, desde el 5,4% que registró en mayo. La proporción entre el número de ofertas de empleo y el de demandantes de empleo alcanzó, en diciembre, su nivel máximo en los últimos diez años. Además, la principal causa de muchos de los problemas económicos en Japón, es decir, la tendencia a la baja en los precios de los bienes y servicios (la deflación) está desapareciendo poco a poco. Las exportaciones han crecido un 13% en volumen en el pasado mes de diciembre comparado con hace un año y el superávit comercial creció un importante 40%.

Pero una economía más fuerte no resuelve, por si sola, el principal problema del sector bancario, el sector más importante de la bolsa nipona. El volumen y el valor de los préstamos incobrables, cuyo origen se remonta a la burbuja inmobiliaria de los años ochenta, son difíciles de estimar. Los optimistas se acogen a los datos oficiales que indican que el volumen de préstamos dudosos está disminuyendo y que los beneficios de los bancos han aumentado hasta tal punto de que podrán cubrir el resto de las pérdidas en apenas unos años.

Los pesimistas, por el contrario, argumentan que las estadísticas oficiales infravaloran el problema y señalan a la reclasificación de los préstamos que tuvo lugar cuando el gobierno rescató al banco Resona en mayo del año pasado.

Ahora los inversores esperan ansiosamente nuevos datos que decanten la situación de un lado u otro. Tanto la información facilitada por el sector bancario como la reformas políticas tendrán un impacto inmediato en la bolsa, muy sensible ésta a los datos de volumen de préstamos.

Otro foco de preocupación son los movimientos del tipo de cambio. Después de permanecer en un rango comprendido entre los 115 y 120 yenes por dólar durante los ocho primeros meses del 2003, la divisa nipona se apreció de forma importante a pesar de las intervenciones del Ministerio de Finanzas. Durante el mes de enero, compró unos 67.000 millones de dólares, pero el billete verde siguió depreciándose hasta caer por debajo de los 106 yenes. Desde el punto de vista fundamental, esto importa menos que hace unos años ya que los exportadores japoneses han deslocalizado parte de su producción fuera del país. No obstante, el nivel de los 100 yenes constituye una barrera psicológica muy importante. Si el dólar cayese por debajo de ese nivel, muchos temen un impacto brutal en los mercados bursátiles que volvería a afectar negativamente los balances de los bancos japoneses.

Las elecciones celebradas durante el 2003 también han reavivado las expectativas de reformas estructurales. El primer ministro Junichiro Koizumi fue reelegido por el partido al poder, el LDP, y las promesas de reformas económicas dominaron las elecciones en la cámara baja en noviembre. El resultado fue una posición más fuerte de los reformistas, pero queda por ver cuantas de las promesas electorales verán la luz en la realidad.
Facebook Twitter LinkedIn

Sobre el Autor

Jonas Lindmark

Jonas Lindmark  has been editor and head of fund analysis at Morningstar Sweden since August 2000. Before that he was personal finance editor and designed fund ratings during 9 years at the weekly business magazine Affärsvärlden.

© Copyright 2024 Morningstar, Inc. Reservados todos los derechos.

Términos de uso        Política Privacidad        Cookie Settings        Aviso Legal