La semana ha estado claramente marcada por el desplome de la lira turca (debido al aumento de tarifas de Estados Unidos) que perdió un 19% frente al euro y acumula ya una pérdida del 37% frente a la divisa europeo en lo que llevamos de año. De momento no podemos decir que haya habido un contagio hacia otras divisas emergentes, aunque el rublo ruso se dejó un 4,6% frente al euro y el real brasileño un 2,1%.
En lo que respecta a las bolsas mundiales, Europa fue la más perjudicada ya que el índice Morningstar Eurozone se dejó un 1,2%. España cayó algo más (un 1,6%) debido a su mayor exposición a Turquía, aunque Italia fue, de los grandes mercados de la Eurozona, el que más retrocedió, con una caída del 2,0%.
En Estados Unidos, el índice Morningstar US Market retrocedió un ligerísimo 0,1% en dólares, pero la fortaleza del billete verde hizo que, en euros, el índice avanzara un 1,3%.
El mercado japonés también se mostró dubitativo, con un retroceso del 1,4% en yenes, aunque en euros el índice Morningstar Japan ganó un 0,4%.
Como viene siendo habitual últimamente, hubo muchas diferencias de rentabilidad entre los principales mercados emergentes: Brasil y Rusia perdieron un 7,8% y un 5,6% respectivamente en euros, mientras que China e India ganaron un 4,6% y 1,8% respectivamente en euros.
Buen comportamiento de la renta fija de la Zona Euro durante esta última semana, con el segmento de deuda pública y el de deuda corporativa anotándose una subida del 0,3%.
A nivel de sectores, el mejor de la semana fue el tecnológico que consiguió subir un 1,7% en euros, mientras que el peor fue el de minas de oro, con un retroceso del 1% en euros.
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