Un garantizado sobre la inflación a 8 años
No soy un gran partidario de los fondos garantizados. Nunca lo he sido, aunque admito que puede haber momentos en los que pueden ofrecer algo a los inversores. Pero no ahora (con unos tipos de interés por los suelos) y menos si uno encarcela su dinero por un periodo que puede alargarse durante muchos años. Mantener una inversión cautiva durante, por ejemplo, 8 años con una rentabilidad garantizada máxima del 1,8% anual supone renunciar a una mayor rentabilidad en otro tipo de productos (eso sí asumiendo algo más de riesgo). Eso es el caso de un fondo garantizado que garantiza a vencimiento (en diciembre del 2025) el 100% del valor liquidativo inicial y adicionalmente, una rentabilidad variable en función de la Inflación de la Zona Euro. En principio uno puede pensar que es una buena idea ya que por lo menos uno se garantiza la inflación. Pero el propio folleto del fondo indica que la TAE garantizada para participaciones suscritas durante el periodo de comercialización (ya estamos fuera de él) y mantenidas hasta diciembre del 2015 será de un mínimo de 0,4% y de un máximo del 1,8%.
Un monetario que cobra un 0,8% anual
Estoy convencido de que la gente sabe que hoy en día los tipos de interés están en niveles históricamente bajos. Nunca han pagado tan poco por su hipoteca y nunca han recibido tan poco por sus ahorros. ¿Entonces por qué hay inversores que siguen manteniendo su dinero en un fondo monetario que cobra más de un 0,8% en comisiones? Es difícil de creer, ¿no? Pues ese fondo existe y debería meter mucho miedo a sus partícipes (vea gráfico adjunto). El fondo registra una rentabilidad negativa de cerca del -1% en lo que llevamos de año y lo más probable es que siga perdiendo dinero en el futuro.
Un fondo que nunca ha batido a su benchmark
Batir al índice de referencia o, para ponerlo más fácil, a la media de su categoría de forma sistemática, año tras año, no es tan fácil y está al alcance de pocos fondos. Pero también es difícil encontrar un fondo que nunca ha batido a su índice de referencia o a la media de sui categoría en cada uno de estos últimos 10 años. Lo triste es que este fondo existe. No es ningún fantasma y mirar su evolución nos puede dar algún que otro escalofrío.
Un fondo que cobra como un hedge fund
Hay fondos vampiros. Sí. Fondos que chupan la sangre o, mejor dicho, el dinero de los partícipes sin que ellos se den cuenta. ¿Cómo a través de las comisiones evidentemente? Hay fondos que cobran unos costes altísimos, como si fueran hedge funds. Hay un fondo de renta variable española, por ejemplo, que además de cobrar una comisión de gestión del 1,35% cobra también una comisión variable del 20% sobre el exceso de rentabilidad del fondo sobre la del índice IBEX 35 (eso sí esa comisión no podrá superar el 9% de los resultados positivos del fondo). Con unos costes de este tipo es difícil que el partícipe consigue una buena rentabilidad a largo plazo. Este es el aspecto del fondo desde su creación:
Un fondo inverso
Hay fondos que viven en un mundo paralelo. Uno conoce los ETFs inversos, pero también hay fondos inversos. Bueno, que yo sepa sólo hay uno. Es un fondo inverso sobre el Eurostoxx 50. La idea es fácil de entender. El fondo gana si el Eurosotxx 50 baja y, claro, pierde si el índice sube. El problema que hay con los ETFs inversos es que, en realidad, no ganan lo inverso de lo que baje el índice al que están referenciados, especialmente si uno los mantiene a medio-largo plazo. Y si el mercado les pilla a contracorriente la bajada puede ser de infarto.