¡Vuelven los garantizados!

El dinero está volviendo a los fondos garantizados ante la volatilidad de los mercados, pero no es una opción exenta de riesgos

Fernando Luque 14/04/2016
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El mundo de las inversiones es realmente distinto al resto de actividades humanas. Si fuese entrenador de fútbol (o de otro deporte), por ejemplo, ¿se atrevería a alinear en su equipo a alguien que prácticamente no tiene experiencia o que nunca ha tocado un balón? Es una pregunta estúpida y exagerada, evidentemente, pero algo por el estilo ocurre en el mundo de los fondos de inversión y, me atrevería a decir, que más en España que en cualquier otro país de nuestro entorno. ¿Cómo me atrevo a decir esto? Pues simplemente, analizando los flujos netos (es decir las entradas y salidas de dinero) de los fondos a lo largo de los meses. La pregunta futbolística aplicada al mundo de los fondos de inversión sería algo como: ¿se atrevería a incluir en su cartera un fondo que prácticamente no tiene historial detrás de él y no supiera qué rentabilidad ha conseguido a largo plazo o qué riesgo ha asumido el equipo gestor?

Lo más probable es que la mayoría de inversores contesten que no a esta pregunta. Pero la realidad va por otro camino. En nuestro país el 40% aproximadamente del patrimonio total invertido en fondos de inversión (ese porcentaje suele mantenerse estable a lo largo del tiempo) está en productos que tienen menos de 3 años de antigüedad. Además en este mes de febrero hemos llegado a un récord histórico de dinero invertido en fondos que tienen menos de 1 año de antigüedad: nada menos que 10.000 millones de euros (que representan un 4% del patrimonio total).

¿Y dónde va todo ese dinero? En el caso español si nos centramos únicamente en los fondos lanzados en este primer trimestre (que son setenta productos que acumulan un patrimonio cercano a los 2.500 millones de euros), hay tres categorías que se llevan la palma: los fondos garantizados (con unos 1.600 millones de euros), seguidos por los fondos de rentabilidad objetivo (que son los hermanos pequeños de los garantizados ya que tienen mucho parecido con ellos, con unos 2.900 millones de euros) y, en tercer lugar, la de fondos de gestión alternativa multiestrategia, con unas suscripciones netas ligeramente por encima de los 1.000 millones de euros).

 

Porcentaje Garantizados

 

La vuelta con fuerza de los garantizados en el panorama de los inversores o ahorradores españoles es, en realidad, una media sorpresa. Muchos inversores conservadores que recientemente se habían embarcado en fondos mixtos, atraídos por las buenas rentabilidades de este tipo de fondos, se han visto sorprendidos por unos resultados negativos: en estos últimos doce meses los fondos mixtos conservadores españoles registraron de media una caída del 4%. Para un inversor que probablemente venía de tener sus ahorros en depósitos bancarios, una caída como esta es, sin duda, traumática (salvo si la persona que le aconsejó este tipo de fondos le ha explicado los riesgos, pero también la rentabilidad esperada, que implica pasarse a un fondo mixto, aunque sea conservador). Y ya no le cuento si se ha pasado a un fondo mixto conservador; ahí la caída media alcanza el 8%.

Nos podemos preguntar si ese movimiento de refugio hacia los garantizados (seguramente instigado por las entidades bancarias para evitar perder clientes) tiene sentido. Desde el punto de vista de las entidades que los ofrecen está claro que sí. A pesar de que las comisiones de gestión de los “nuevos” fondos garantizados se han reducido sustancialmente respecto a la oferta ya existente, éstas siguen siendo elevadas teniendo en cuenta que un fondo garantizado no se “gestiona” como un fondo de renta variable o de renta fija sino que se construye una estructura en el momento de lanzar el fondo y poco más. Pero el “truco” que han encontrado las entidades para compensar esa menor comisión es alargar el periodo de garantía (que en algunos casos superan los seis años, muy por encima de los plazos que se garantizaban hasta ahora). Y es ahí donde está uno de los riesgos de los fondos garantizados: lo que podríamos llamar riesgo de plazo. No todos los ahorradores pueden adaptarse a ese ese plazo de inversión. Lo recomendable es adecuar las inversiones al plazo y no lo contrario.

Pero ese no es el único riesgo de los garantizados. También hay un riesgo de rentabilidad. Lo más probable (evidentemente habrá excepciones) es que la rentabilidad que ofrezcan los fondos garantizados al final del periodo de garantía sea baja. Eso es por lo menos la conclusión que sacamos del análisis de la rentabilidad de los productos que han vencido en el pasado.

Asociado a esa probable baja rentabilidad también existe el riesgo de decepción que pueden crear estos vehículos. Generalmente los garantizados, por lo menos los de garantía variable, cuya rentabilidad está ligada a la evolución de un índice o de una cesta de acciones, se venden como un producto en el que el partícipe recupera su inversión (aunque hay garantizados que garantizan menos del 100% de la inversión inicial) y al mismo tiempo se beneficia de una posible subida del índice o de la cesta de acciones que el fondo toma como referencia. Si esa referencia se comporta mal, el inversor recupera su dinero pero con una rentabilidad nula, circunstancia que no suele satisfacer al cliente (sobre todo cuando ha inmovilizado su dinero durante varios años); pero si la referencia experimenta una subida, en la inmensa mayoría de los casos el cliente no entiende por qué su fondo ha obtenido una rentabilidad muy por debajo de la obtenida por la referencia. A eso le llamo yo el riesgo de decepción.

Por último, pero no por ello menos importante, hay el riesgo de oportunidad. Creo sinceramente que a un plazo de al menos cinco años un inversor moderado e, incluso, conservador puede conseguir una rentabilidad en muchos casos superior a la que obtendría depositando su dinero en un garantizado.

En conclusión, el que piensa que invirtiendo en un fondo garantizado consigue evitar todo riesgo está equivocado. Simplemente asume otros riesgos (distintos al riesgo de mercado) que, seguro, no ha valorado a la hora de colocar su dinero.   

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Sobre el Autor

Fernando Luque

Fernando Luque  es el Senior Financial Editor de www.morningstar.es

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