Shale Gas: un sueño exclusivamente americano

La revolución del gas de esquisto ayudará a la recuperación económica en EE.UU. pero será difícil replicarla en otros países 

Valerio Baselli 12/02/2014
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Puntos clave

  • Estados Unidos está experimentando un nuevo impulso energético con el gas y el petróleo de esquisto, pero este modelo no se replica en la actualidad en otras partes del mundo, por varias razones.
  • Las exportaciones de gas no convencional permanecerán bloqueadas durante varios años. Seguirá siendo un recurso puramente americano.
  • El precio del petróleo podría caer a partir de 2015 debido a un aumento de la producción mundial.

La producción de gas de esquisto en los Estados Unidos es una verdadera revolución energética, cuyo impacto sobre la recuperación ha sido subestimado. El que dice esto es Leonardo Maugeri, un ex ejecutivo de Eni, experto en energía y ahora investigador principal en la Universidad de Harvard, que ha publicado varios estudios sobre el tem.

¿Qué es el shale gas?

También conocido como gas de esquisto, es un gas natural no convencional extraído de los yacimientos rocosos, que deben ser perforados para luego hacerlos explotar con una técnica conocida como fracking, técnica que está en el punto de mira de los. "La producción de gas de esquisto, que era prácticamente nula en el año 2000, está ahora en torno a los 220 millones de metros cúbicos, lo que equivale a la producción de Nigeria", dice Maugeri . "Esta nueva industria es extremadamente compleja : la extracción de gas y petróleo (llamado shale oil) es difícil y también existen enormes diferencias de productividad y costes, incluso dentro de un mismo campo."

Un sueño (sólo) americano

De acuerdo con el ex gerente de Eni, las enormes expectativas de este nuevo modo de producción están destinadas a decepcionar. En primer lugar, en cuanto a la idea de replicar la experiencia estadounidense en otras partes del mundo. "Es probable que la producción de esquisto disminuya si no se perfora constantemente nuevos pozos ", explica. "En 2013, en Estados Unidos nacieron casi 2.000 campos nuevos, ya que este modo de producción es intensivo, a diferencia de la extracción tradicional. Hasta la fecha, el 65 % de los equipos de perforación del mundo están en los Estados Unidos". En resumen, no hay otro país en el mundo en la actualidad que tiene la capacidad de mantener este ritmo, y eso en varios aspectos: geológico, medioambiental, tecnológico y legislativo. Todo esto hace que sea poco probable la aparición de una "revolución" similar en otros países, por lo menos en los próximos años.

El segundo lugar, en lo referente a las exportaciones de Estados Unidos hacia el resto del mundo. "Washington no se convertirá en un importante exportador de gas de esquisto antes de la próxima década." El problema es político. "Toda la industria es contraria a las exportaciones estadounidenses ya que teme un fuerte aumento de los precios, lo que sería un problema. "

Cuestión de tamaño

Otro punto interesante tiene que ver con las empresas que operan en la extracción de gas y petróleo de esquisto. Según lo comentado por Maugeri, casi todas las empresas son de tamaño pequeño o mediano, muy especializadas, flexibles y con una gran know-how técnico. Por lo tanto, según él , los  gigantes mundiales de la energía, como BP, Exxon o Shell no serán capaces de tomar ventaja de esta tendencia. Ya han perdido el tren y no tienen los recursos para operar en producciones que requieren un tiempo tan corto y que requieren miles de nuevos pozos por año.

El precio del crudo caerá en 2015

Por todas estas razones, el mercado del petróleo tradicional estaría lejos de estar acabado. De hecho, todo apunta a que la producción se incrementará en el futuro. Según los datos de Maugeri  la demanda global es ya menor que la producción real, que es diferente de la puesta en el mercado. Además, muchos analistas no tienen en cuenta la producción no utilizada de forma deliberada por muchos países extractores con el único fin de mantener los precios.

"2015 podría ser el punto de inflexión. Algunos grandes yacimientos empezaron hace varios años para comenzar a producir crudo a plena capacidad", dice Maugeri. Se necesitan años antes de que un pozo entre realmente en funcionamiento, y una vez que las inversiones se han iniciado es imposible de detener." Y eso sin hablar de los países que ahora están bloqueados por las sanciones internacionales, como Irán, que podría retornar al mercado a finales de este año. Si al mismo tiempo  la demanda no va a subir, habrá una fuerte reducción de los precios. Una noticia buena para los consumidores, pero mala para los inversores.

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Sobre el Autor

Valerio Baselli

Valerio Baselli  es Senior International Editor de Morningstar.

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